“No se trata de estar siempre enamorados a tope, se trata de no soltarse, de elegirse cada día sabiendo que quizá hay mejores opciones allá afuera, pero nadie tan increíble como quien está a tu lado.
No se trata de evitar las peleas, los conflictos o los malentendidos, se trata de que nunca sean más grandes que las ganas de remediarlo todo, de no tener miedo a ensuciarse las manos y coser lo que se ha roto, si es que la tela es suficiente.
No se trata de si vendrá alguien mejor, se trata de luchar por ese alguien que ya tienes, y jamás, jamás olvidar los putos nervios tan bonitos que sentías en las primeras citas, en los primeras risas y en las primeras canciones.
No se trata de estar con las persona correcta, se trata de que cualquier persona se vuelva la correcta con detalles, acciones, cariño, apoyo y constancia que demuestre lo mucho que ha esperado por alguien como tú.
No se trata de encontrar al amor de tu vida, se trata de construir ese amor tabique a tabique, palmo a palmo, hasta que un día se den cuenta que tienen enfrente una casita hecha para refugiarse sólo los dos.
No se trata de una silueta pronunciada, de una sonrisa simétrica o de rasgos perfectos, se trata de quién te hace sentir fuera de este cabrón planeta con una palabra, con una caricia y con una mirada.
No se trata de mariposas, se trata de estabilidad, calma y tranquilidad, de cambiar los amores fugaces, pasajeros e intensos, por llenarte el pecho de atardeceres y días de campo colmados de paz, porque guerras las brinda cualquiera.
No se trata de ser cursi o de discursos trillados llenos de promesas y eternidades, se trata besar en la frente, de llegar sin aviso, de mandar cartas, flores y de quedarte, quedarte junto a esa persona teniendo la libertad de irte”.
De lo que el amor dicen que trata.